Se encuentra presente hoy, entre nosotros, un Doctor en Teología que me escuchó predicar hace ya algunos años. Nos visita nuevamente desde su lugar de residencia en los Estados Unidos. Cuando vi su rostro, no pude evitar imaginarme que tal vez piense que estoy obsesionado con este viejo tema y que entono siempre la misma melodía; que no he avanzado ni una pulgada en ningún dominio del pensamiento y que sigo predicando el mismo viejo Evangelio de la misma vieja manera que lo hago siempre. Si pensara eso, estaría en lo cierto
Supongo que me parezco al señor Cecil cuando era niño. En una ocasión, su padre le pidió que lo esperara en determinada puerta hasta que regresara, y después el padre, como era un hombre muy ocupado, anduvo recorriendo la ciudad, y en medio de sus numerosos cuidados y compromisos, se olvidó del muchacho. Cayó la noche, y finalmente, cuando el padre llegó a su casa, hubo una gran conmoción respecto al paradero de Ricardo. El padre dijo: "Dios mío, lo dejé desde temprano en la mañana, esperándome parado frente a tal y tal puerta, y le pedí que se esperara allí hasta que fuera por él; no me sorprendería que todavía estuviera esperándome allí." Así es que fueron, y allí encontraron al muchacho. No es una vergüenza imitar ese ejemplo de tan simple fidelidad infantil
Hace algunos años yo recibí instrucciones de mi Señor de estarme al pie de la cruz hasta que Él viniera. No ha venido aún, pero estoy decidido a esperarlo allí hasta que venga. Si yo desobedeciera sus instrucciones y abandonara esas simples verdades que han servido de instrumento para convertir a tantas almas, no sé cómo podría esperar su bendición. Aquí estoy, pues, al pie de la cruz, repitiendo la misma vieja, vieja historia, rancia como podría sonar a oídos de quienes tienen comezón de oír, y gastada y raída según la consideran sus críticos. Yo amo hablar de Cristo, del Cristo que amó y vivió y murió en sustitución de los pecadores, el justo por los impíos, para poder llevarnos a Dios. "Charles Spugeon"
No hay comentarios:
Publicar un comentario